
El agua es un elemento fundamental para la vida, alrededor del 60% de nuestro cuerpo es agua. Además cumple con numerosas funciones y algunas de ellas son todavía más importantes si estamos siguiendo una dieta de adelgazamiento: ayuda a metabolizar las grasas (fin único de una dieta de adelgazamiento), a eliminar toxinas y deshechos del metabolismo (las dietas ricas en proteínas y grasas requieren más agua para eliminar sus restos metabólicos; la mayoría de las dietas hipocalóricas son hiperprotéicas), además diluye la orina y evita la formación de cálculos o piedras, y muchas más: ayuda a hacer una buena digestión, a controlar el apetito, evitar el estreñimiento, mantener un tono muscular apropiado, lubrica nuestra articulaciones, regula la temperatura corporal, etc.
Un adulto sano necesita 8 vasos de agua al día, parte de ella, se aporta a través de los alimentos sobretodo si consumimos suficientes frutas y verduras, esta necesidad se incrementa si el ambiente es caluroso y húmedo, haces ejercicio físico o existen vómitos, fiebre o diarrea. Te recomiendo al menos 6 vasos al día de agua.
como se elimina el agua
El agua del cuerpo se pierde a través de la orina, la piel, la respiración y la defecación. Por la orina excretamos algo más de un litro diario, y este camino deviene fundamental para eliminar determinados productos resultantes del metabolismo, especialmente de la urea, producto final de la degradación de las proteínas. Cuantas más proteínas incluya una dieta, más agua se requerirá para expulsar los desechos que se generan.
Otra pequeña cantidad de agua se pierde por la piel, en forma de sudor producido por las glándulas sudoríparas. A menudo esta sudoración es invisible, pero en condiciones normales se secretan entre 0,5 litros y 0,7 litros, cantidad que se multiplica cuando la temperatura exterior aumenta. La sudoración es el sistema de refrigeración más importante que tiene el organismo. Por último, la pérdida de agua a través de la respiración y de las heces asciende aproximadamente a 0,4 litros.
Beber sin esperar a la sed
Con el sol y el calor sudamos más y, consecuentemente, la pérdida de líquidos se incrementa. Si a esto se le añade que cuanto más liquido se pierde, más disminuye la capacidad del organismo para regular la temperatura, se entiende lo fundamental que resulta reponer ese agua. Pero no debemos esperar a sentir sed para tomar agua: la boca seca ya es síntoma de deshidratación, y el instinto de beber se pierde con la deshidratación progresiva. Por ello, no hay que confiar en la sed y conviene beber regularmente de 8 a 10 vasos a lo largo del día. Y cuanto más humedad, mayor cantidad de agua ingeriremos. Calor, humedad y ejercicio físico son las condiciones idóneas para que aparezca un cuadro de deshidratación. Una pérdida del 2% del agua corporal supone la pérdida del 20% de la energía física, el agotamiento se acelera con la pérdida de líquido y cuando se pierde el 20% del agua del organismo se eleva el riesgo de sufrir complicaciones graves.
Pero aparte del sol, el calor y el ejercicio, otras circunstancias requieren el aporte extraordinario de líquidos: la fiebre, y, especialmente, la diarrea y los vómitos, cuya incidencia aumenta en verano a causa de las gastroentiritis, más frecuentes en esta época del año.

Síntomas de la deshidratación
Sed, sequedad de las mucosas y de la piel, sensación de ardor y acidez gástrica, somnolencia, fatigabilidad extrema, y si es más grave, ojos hundidos, pulso acelerado, descenso de la tensión arterial, fiebre, retención de líquidos (por lo que algunos órganos, como los riñones, comienzan a fallar, pudiéndose llegar al colapso y la muerte) son algunos de los síntomas de la deshidratación.
- Beba de 1,5 a 2 litros diarios de agua, y si es verano y practica ejercicio, ingiera un aporte extra de líquido sin esperar a que la sed le avise.
- Las dietas ricas en grasas y proteínas requieren más líquido para eliminar sus restos metabólicos, ya que estos alimentos contienen menos agua que otros productos.
- El calor, la humedad y el ejercicio físico aumentan notablemente los requerimientos de agua de nuestro organismo.
- Quienes padecen cálculos de riñón, arenillas o infecciones urinarias deben beber más líquido.
- Café, alcohol, te y otras bebidas similares son diuréticos e incrementan la eliminación de líquido por la orina. Cuidado con ellos.
- Infecciones, fiebre, vómitos y diarrea ocasionan una rápida pérdida de líquidos, a la que los ancianos y niños son más sensibles, que hay que reponer de inmediato. Un preparado de farmacia o un suero casero (agua con una pizca de bicarbonato y unas gotas de limón y azúcar) ayudarán a restituir de inmediato el liquido necesario.
- El envejecimiento va asociado a la desecación, a la pérdida de agua, que afecta a todos los tejidos del organismo, pero especialmente a la piel. Una óptima hidratación desde la infancia ayuda a mantener una piel joven.
Durante la fase de definición y en la preparación para la competición, lo mejor que puede tomar un culturista es agua mineral rica en magnesio y pobre en cloruro sodico (menos de 300mg de cloruro x litro!). Para calmar la sed también se pueden utilizar zumos de fruta diluidos en mucho agua (proporción 1:4). El café y el te negro sin azúcar son muy populares por su efecto lipolitico. En estas bebidas se ha de tener en cuenta como reacciona y asimila cada individuo estas sustancias así como el hecho de que la cafeína es diurética por lo que puede aumentar las pérdidas de líquido del cuerpo
No hay comentarios:
Publicar un comentario